Miquel Àngel Tomás junto a su belén con una original cueva realizada en cartón piedra. Foto: A.E.

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La Navidad de 2001 ha propiciado un auge en la instalación de los belenes en los hogares y una mayor profusión de ellos en muchos escaparates de los distintos comercios de Palma. En la última década, a pesar de mantenerse los tradicionales belenes monumentales en instituciones, fundaciones, iglesias y monasterios, se les apreciaba tímidamente como pieza ornamental propia de la Navidad. Ello no suponía que en comercios y hogares tradicionales no se mantuviera la tradición, pero la verdad es que la fuerte influencia de adornos y costumbres provenientes de los países centroeuropeos, sí los había desplazado.

La recuperación del belén casero es un hecho que hemos podido constatar, a lo largo de la visita efectuada por Ultima Hora a varios domicilios. Desde niños de corta edad a jóvenes y mayores, nos enseñaron su particular obra de arte, no exenta de ilusión y mucha originalidad. No sabemos con certeza quiénes disfrutan más en su instalación, si niños o mayores, pues todos aportan su idea para que la escena resulte de lo más realista.

Pocos, muy pocos, los vimos elaborados con figuras de plástico. Otros, de estilo mallorquín, cuyos pastorets han ido pasando de generación en generación, además de Misterios de piezas grandes, firmados por reconocidos artistas, como es el caso del artanenc Pere Pujol. Lo más difícil, la recreación de la cueva, pieza central del belén que admite multitud de materiales.