Como un regalo de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, llegó Noelia Adrover Suárez a la vida. Con sus escasos 2 kilos y 800 gramos, con una eterna sonrisa en sus labios y con los ojos radiantes de curiosidad, la pequeña Noelia, con tan sólo tres días de edad, se ha convertido en toda una estrella. Gracias a su sexo femenino, Noelia ha conseguido que la tradición de la familia Palacios-Cáceres-Guillem no se rompa. Ella, arropada por cuatro generaciones, es la quinta primogénita de sexo femenino que continúa la saga familiar.
Lo que empezó siendo fruto del destino, se ha convertido en toda una tradición. Los miembros de esta numerosa familia han ido contemplando cómo, a lo largo de las distintas generaciones que se sucedían, siempre se daba un elemento en común. Este elemento no era otro que la coincidencia de que el primer hijo nacido de los distintos matrimonios siempre era una niña.
La pionera fue Clemencia Palacios Guerrero, que a sus 24 años de edad dio a luz a Loli Cáceres Palacios. Esta a su vez engendró a Irene Guillén Cáceres, que después parió a Elena Suárez Guillem. Ahora, con tan sólo 22 años, Elena ha dado a luz a su primer hijo, y cómo no, también es una niña: la pequeña Noelia. La temprana edad de las madres a la hora de parir -la media se sitúa en los 22 años-, ha permitido que estas cinco generaciones convivan. Ahora tatarabuela, de 86 años, bisabuela, de 62, abuela, de 41 y madre, de 22, disfrutan de Noelia, la última primogénita. Por casualidades de la vida, todas ellas han sido fieles a la tradición familiar y esperan que, cuando Noelia crezca, también lo sea.
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