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LL. LORENZO
Las casas baleares en Argentina están recibiendo solicitudes de isleños emigrados a ese país sudamericano para volver a las Islas. Así lo confirmaron ayer tanto el presidente de la Casa Balear de Buenos Aires, Rafel Polar, como la presidenta de la de Santa Fé, Paulina Riera. Durante las últimas semanas, ante la crisis económica y mundial que ha forzado la dimisión de cuatro presidentes, Polar y Riera aseguran que «diversas decenas de descendientes de las Balears se han mostrado interesados en la forma de poder volver a las Islas».

De hecho, uno de estos emigrantes es Francesc Moyà Company, vicepresidente de la Casa Balear de Buenos Aires, que asegura, a título personal, en buen mallorquín, que «yo sería el primero en volver. Esto es una jaula de gatos». Además, Polar, desde Buenos Aires, asegura que «conozco diversos casos más, como el de un matrimonio de un mallorquín y una menorquina que, si fuese por él, ya estarían allá».

Ahora, Riera, desde Santa Fé, asegura que «yo misma quiero volver, si vendo unas propiedades y puedo comprar otra allí. Ahora, hay decenas de jóvenes en nuestra casa, la de Santa Fe, que quieren regresar a las Balears. El problema que tienen es que las empresas públicas argentinas obligaron a nacionalizarse argentinos a sus padres y abuelos y, por lo tanto, no han podido conservar la ciudadanía española y ahora los nietos de ellos, cuando quieren volver, no saben cómo demostrar que son descendientes de baleares».

Precisamente, por este motivo, el Consejo de las Comunidades de las Balears en Argentina, que coordina Joan Marí, hasta hace poco presidente de la Casa de Buenos Aires, ha pedido al Govern balear que abra una oficina para atender a los descendientes de isleños que quieran volver a Balears y que, a causa de las circunstancies mencionadas, tienen que superar muchos obstáculos hasta demostrar que son originarios de las Balears. Tanto Polar como Riera aseguraron que todavía no han recibido ninguna respuesta del Govern balear.

Así y todo, el Ejecutivo autónomo ha aprobado una ayuda de 10 millones de pesetas para los descendientes de baleares que puedan demostrar que necesitan ayuda económica para poder sobrevivir. Ahora, la situación actual ha bloqueado esta ayuda ya que, según el director de Relacions Institucionals del Govern balear, Antoni Reynés, «hemos decidido paralizar la ayuda hasta que se aclare la situación originada por la devaluación del peso argentino (de cerca de un 40 por ciento)». Además, según afirman Polar y Riera, «tampoco podemos cobrar la ayuda porque los bancos la paralizarían, ya que hay una orden que impide sacar más de 110.000 pesetas al mes».