El trabajo y la prudencia son las principales armas que la han llevado a ser la diputada revelación del año.

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Estuvo a punto de dejar sus estudios de Derecho por la repostería, una afición que pone en práctica siempre que su tiempo como política, abogada y madre se lo permite. Dicen que Ana María Castillo Ferrer es la diputada autonómica por Balears revelación del pasado año. Dentro de un mes, concretamente el 10 de febrero, cumplirá 31 años de edad, es madre de un preciosa niña de cinco meses, y licenciada en Derecho por la Universidad de Navarra. Además ostenta otros cargos: miembro del Patronato de la Fundación Antonio Maura de Balears y miembro fundador de la ONG Balears Solidària, vocal de la junta local de Nuevas Generaciones de Santa Maria y de la Junta Insular de Mallorca del PP, ¡ah! y consellera del Consell Insular de Mallorca. Ahí es nada.

Bueno, y además de abogada, madre y ama de casa. Es bastante reservada en cuanto a su vida privada y siempre tiende a desviar la conversación hacia el lado político, su verdadera pasión, pero a lo largo de la entrevista se sinceró y nos mostró su lado más humano.

"¿Los políticos tocan la realidad o se dedican a oponerse a todo lo que hacen los demás?
"Sí, en parte estoy de acuerdo contigo. Pero no todos los políticos. Hay que mantener el contacto con la sociedad para ver lo que reclama en cada momento.

"Dejando la política de lado, de pequeña ¿con qué profesión soñaba?
"Abogada, siempre me sentí atraída por la abogacía.

"¿Es verdad que se planteó seriamente dedicarse a la repostería en vez del Derecho?
"Sí, me encanta la repostería. Aunque el tiempo no me permite dedicarme más en serio a ello. Me gusta todo lo que lleva chocolate.

"¿Ha ido ya de rebajas?
"No, lo cierto es que no he tenido tiempo. Al final tendré que aprovechar los últimos días.

"¿Aficiones?
"Me gusta practicar deportes en equipo, como el baloncesto, que hasta hace muy poquito practicaba.

"¿Lo más importante de su vida?
"Mi hija. Supongo que es especial para cualquier madre.