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PATRICIO CANDIA/EFE
Un informe de coyuntura económica elaborado por la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa i Formentera confirma para el ejercicio de 2002 una desaceleración de la actividad económica propiciada, principalmente, por la debilidad de la demanda turística tras la incertidumbre provocada por los atentados terroristas en Estados Unidos y la posterior ofensiva bélica en Afganistán. En las previsiones para este año, la Cámara de Comercio que preside Miquel Lladó, explica que las perspectivas de crecimiento estimadas por esa entidad se eleva al 2'1%, frente al 2'8% del Govern e Hispalink, y el 1'5% de Sa Nostra y la CAEB. «Para España, la previsión es del 2'3% y para la Unión Europa del 1'3%.

Según ello, nuestra estimación es que Balears en 2002 crecerá menos que el conjunto de España, después de muchos años de crecer por encima y ser una de las autonomías de mayor dinamismo», señala el informe. Añade que la reciente encuesta de Eurocámaras a los empresarios de Balears, que prevén un descenso de la cifra de ventas en 2002, muestra «un fuerte descenso en el ránking por Comunidades Autónomas y la principal razón es la debilidad de la demanda turística europea, en especial la canalizada por los tour operadores, a su vez preocupados por las dificultades de las aerolíneas a la hora de programar sus viajes a destinos con acceso por vía aérea, como es el caso de Balears».

La Cámara de Comercio opina que la economía de las Islas «está saneada y después de varios años de notable crecimiento tiene una capacidad productiva y competitividad envidiables dentro del actual contexto de sus competidores, en especial en el mercado turístico». Subraya, en ese contexto, que «el turismo es una actividad que es ya irrenunciable para los europeos y la imagen de Balears sigue siendo la de un destino seguro y popular dentro de Europa. La desaceleración económica prevista para el 2002, aunque todavía con crecimiento, será consecuencia de descensos del sector turístico como del de la construcción». El ente cameral señala que en el primero de esos sectores «hay posibilidad de rápida mejora según las circunstancias internacionales de los próximos meses, pero en el segundo, el proceso de recuperación será más lento por causa de las vigentes moratorias y por las posibles demoras en la elaboración y entrada en vigor de la nueva planificación territorial».

Por otra parte, el president del Govern, Francesc Antich, consideró ayer que la subida del IPC balear en un 3'7% durante 2001, el incremento más alto del país, responde al «calentamiento» de la economía insular durante los últimos años, por lo que «es necesario lograr crecimientos sostenibles». Antich rechazó una actividad basada en crecimientos «insostenibles, sino que debemos apostar por una economía más madura» y en esta línea se dirigen las políticas del Ejecutivo balear. El máximo responsable político en las Islas entendió que el referido incremento del IPC «no es una buena noticia», de modo especial porque estas subidas suelen afectar más a las familias con menos recursos, «a las que de manera prioritaria debemos defender desde las instituciones». Este dato, recordó, también repercute de manera negativa en la competitividad de las empresas afincadas de Balears.

Para Antich, este destacado incremento del IPC balear -en el conjunto del Estado si situó en el 2'7%-, es «un toque de atención a las políticas del señor Aznar, que debe poner en marcha iniciativas que eviten que la inflación se desboque, tanto en Balears como en el resto del país». Respecto de las críticas vertidas durante esta semana del PP sobre la falta de fiabilidad de la gestión del propio Antich, éste contestó ayer por la mañana que los populares «hacen poca política en el sentido de ofrecer propuestas y argumentos». A pesar del destacado apoyo electoral que recibió el PP balear en los pasados comicios autonómicos, Antich señaló que este partido «no está a la altura de las circunstancias».