El nuevo servicio de la Cruz Roja se inserta dentro de un
programa más amplio de teleasistencia que ha cumplido su décimo año
y que ha estado destinado desde sus inicios a personas mayores y
discapacitados, como así señaló ayer Bonet durante la presentación
del balance de 2001. Un programa que atendió un total de 88.753
alarmas de 1.489 usuarios de las Islas.
El nuevo sistema para las mujeres maltratadas consta de un
pequeño dispositivo que la posible víctima de malos tratos porta en
la muñeca o en el cuello. En el caso de que se sienta amenazada, la
víctima debe pulsar el interruptor que lo acciona. Este aparato
funciona como un receptor similar «a un manos libres de un
teléfono» que permite que un teleoperador reciba la conversación
entre la víctima y su posible agresor.
El teleoperador, en función de un protocolo de actuación
establecido, permanece a la escucha en silencio y, si fuera
necesario, interviene avisando a la Policía. Este servicio de
emergencia funciona 24 horas al día, los 365 días al año. Para
recibir este servicio, las mujeres que lo deseen deben cumplir una
serie de requisitos. Entre ellos, «debe haber denunciado los
maltratos con anterioridad, debe haber iniciado los trámites de
separación y no residir con el maltratador, ya que el sistema no
sería efectivo de otra manera».
Las mujeres que quieran obtener este servicio, lo pueden hacer a
través de la asistencia pública, a través de los servicios sociales
municipales, o bien sufragándolo de forma particular, lo que supone
90'06 euros (15.000 pesetas) por la línea y una cuota mensual de
30'87 euros (5.145 pesetas). La intervención de la Cruz Roja ha
sido necesaria en tres ocasiones para evitar los malos tratos.
Varias ayuntamientos se han acogido al servicio, en concreto, los
de Palma, de Felanitx y la Mancomunitat del Pla, además de Cáritas
Diocesana de Menorca.
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