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JUAN MIGUEL LÓPEZ
La Cruz Roja informó ayer que ha consolidado la atención a las víctimas de la violencia doméstica con la ampliación de su servicio de Teleasistencia Domiciliaria a diez mujeres maltratadas durante el año 2001, según informó el presidente de la Cruz Roja de Balears, Gerard Bonet, y la coordinadora de la Tercera Edad de este organismo, Rocío Redondo. Bonet señaló que a pesar de que el servicio aún atiende a un número reducido de mujeres maltratadas, dentro del conjunto de los usuarios tradicionales, este sistema ha funcionado durante su primer año «con resultados muy satisfactorios».

El nuevo servicio de la Cruz Roja se inserta dentro de un programa más amplio de teleasistencia que ha cumplido su décimo año y que ha estado destinado desde sus inicios a personas mayores y discapacitados, como así señaló ayer Bonet durante la presentación del balance de 2001. Un programa que atendió un total de 88.753 alarmas de 1.489 usuarios de las Islas.

El nuevo sistema para las mujeres maltratadas consta de un pequeño dispositivo que la posible víctima de malos tratos porta en la muñeca o en el cuello. En el caso de que se sienta amenazada, la víctima debe pulsar el interruptor que lo acciona. Este aparato funciona como un receptor similar «a un manos libres de un teléfono» que permite que un teleoperador reciba la conversación entre la víctima y su posible agresor.

El teleoperador, en función de un protocolo de actuación establecido, permanece a la escucha en silencio y, si fuera necesario, interviene avisando a la Policía. Este servicio de emergencia funciona 24 horas al día, los 365 días al año. Para recibir este servicio, las mujeres que lo deseen deben cumplir una serie de requisitos. Entre ellos, «debe haber denunciado los maltratos con anterioridad, debe haber iniciado los trámites de separación y no residir con el maltratador, ya que el sistema no sería efectivo de otra manera».

Las mujeres que quieran obtener este servicio, lo pueden hacer a través de la asistencia pública, a través de los servicios sociales municipales, o bien sufragándolo de forma particular, lo que supone 90'06 euros (15.000 pesetas) por la línea y una cuota mensual de 30'87 euros (5.145 pesetas). La intervención de la Cruz Roja ha sido necesaria en tres ocasiones para evitar los malos tratos. Varias ayuntamientos se han acogido al servicio, en concreto, los de Palma, de Felanitx y la Mancomunitat del Pla, además de Cáritas Diocesana de Menorca.