Los Cossiers acompañaron a las autoridades hasta la parroquia de Sant Pere y Sant Pau. Foto: T.O.

TW
0

Las obras de rehabilitación de la parroquia de Sant Pere i Sant Pau de Algaida obligaron ayer a trasladar, por vez primera, las danzas ancestrales de los Cossiers a sa Plaça. Hasta la fecha, los tradicionales bailes al aire libre se 'escenificaban' en sa Placeta, justo al lado del portal lateral del emblemático templo religioso.

Las fiestas de Sant Honorat 2002 volvieron a destacar por su intimidad, ensalzando las tradiciones populares y familiarizando el encuentro de vecinos. El president del Govern balear, el algaidí Francesc Antich, acudió un año más a la cita, y encabezó junto al alcalde, Jaume Jaume, la comitiva de autoridades que salió a las once de la mañana del Ajuntament, con el acompañamiento de los Cossiers, que danzaron ses Bombes, en dirección a la parroquia. La misa de fiesta fue cantada por el Orfeó Castellitx, mientras que la homilía de la celebración corrió a cargo de Francesc Novella, del Oratori de Sant Felip Neri. En el interior del templo, los Cossiers bailaron la Oferta. Un «molts d'anys!» esporádico de un vecino puso la nota simpática.

Al término de la misma, los vecinos se dirigieron a sa Plaça, más espaciosa que el escenario de siempre. Aquí, los Cossiers danzaron «Mestre Joan», «Els Reis», «Obriu-mos», «Flor de murta», «Dansa Nova», «Es Mercansó», y «Titoieta», con la muerte final del dimoni; la victoria del bien sobre el mal. Este último baile emociona tanto a algaidins y algaidines como a los visitantes. En la edición de este año destacó el correfoc a cargo de Dimonis d'Albopàs. Un refresc popular, un homenaje a los mayores y teatro, fueron actos que también contaron con alta participación.