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La magistrada-juez del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Palma, Carmen Figrola Castillón, ha ordenado denegar «la petición de suspensión cautelar» solicitada por el Ajuntament de Palma contra unas sanciones impuestas por la Direcció General de Consum, de la Conselleria de Salut i Consum del Govern, que supone el pago de una multa de 24'5 millones de pesetas (147.247 euros) por faltas en la utilización de la tarjeta ciudadana.

Las sanciones fueron impuestas por Consum, en junio de 2001, sobre faltas consideradas como muy graves, basándose principalmente en la que se considera vulneración de los derechos de los consumidores y usuarios del transporte público. En septiembre de 2001 Cort decidió presentar un recurso de alzada contra la resolución de la Direcció General de Consum.

Gabriel Payeras, Secretario General Técnico de la Conselleria de Salut i Consum, califica el auto de la juez como una muestra de que «cuando se resolvió imponer las sanciones era de forma justificada y no por capricho», si bien recuerda que el auto se especifica que el Ajuntament puede interponer un recurso de apelación ante la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) contando con un plazo de quince días desde la notificación del acuerdo.

La juez especifica, en el texto del auto, que «como es sabido la ejecución de sanciones pecuniarias no produce por regla general perjuicios de difícil reparación ya que su cuantificación comporta una clara certeza, que en caso de prosperar el recurso, permite sin mayor dificultades su devolución al sancionado» y recuerda Cort argumentaba, para pedir la suspensión cautelar del pago de la sanción, «un documento expedido por la intervención que acredita que este ayuntamiento ya ha dispuesto su totalidad del remanente de Tesorería positivo para el ejercicio de 2000 y que para pagarse la multa habría que habilitarse partida adecuada», es decir, que alegó no tener dinero para pagar la sanción.

El presidente de la EMT confía en que se llegará a un acuerdo final con el Govern
El presidente de la EMT, Pedro Àlvarez, señaló ayer que el Ajuntament de Palma recurrirá esta sentencia, si bien añadió que consideraba que se trataría sólo de un trámite puramente administrativo. «Todo el proceso podría durar aún dos años más y lo más probable es que se llegue a una solución o acuerdo con la Comunitat Autònoma y que el expediente se acabe cerrando», destacó. Àlvarez indicó que «la tarjeta ciudadana ha sido un éxito rotundo, y ahora están interesados por la misma otros municipios y el propio Govern», añadió, y recordó que la tarjeta cuenta en la actualidad con unos 150.000 usuarios y que gracias a los trasbordos gratuitos los ciudadanos se ahorraron en 2001 un total de 1'8 millones de euros (300 millones de pesetas). «Los ciudadanos no podrían entender que un servicio que ha aumentado el número de pasajeros, ha bajado el precio de las tarifas y ha fomentado el uso del transporte público fuese sancionado», concluyó.