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La regeneración de las playas afectadas por el pasado temporal de noviembre comenzará en abril y está previsto extraer 320.000 metros cúbicos de arena de Cap Salines, según comentó ayer en Palma José Trigueros, director general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente. Trigueros, que presidió la «Jornada Técnica sobre la regeneración de playas en Balears» que se celebraron en el Palas Atenea, defendió la «modesta» extracción de arena de la zona de Cap Salines «porque es donde, según los científicos y expertos, es más indicada la actuación». El director general de Costas aludió también a los expertos para justificar la regeneración atendiendo, señaló, «no sólo a cuestiones turísticas sino a la necesidad de proteger las praderas de posidonia».

En este sentido garantizó que las extracciones están avaladas por los expertos que han consultado y que no se realizarán a menos de 30 metros de profundidad «para preservar los ecosistemas marinos de las Islas». La arena extraída en la zona servirá, según Trigueros, para regenerar en Mallorca la Badia d'Alcúdia, playa de Muro, Santa Margalida y parte de la costa de Cala Millor mientras que en Eivissa los trabajos se centrarán en Sant Antoni, S'Aigua Blanca y es Figueral. Como prueba y justificación de sus intenciones el representante del Ministerio apuntó que en la costa de Muro la pradera de posidonia «ha retrocedido 25 metros» debido, a su parecer, «a la falta de sustrato arenoso donde agarrarse». Trigueros, no obstante, reconoció que este tipo de actuaciones se tiene que repetir cada cierto tiempo pero no pudo especificar los plazos ya que «depende de la zona en concreto».

Respecto a la polémica que mantiene el ministerio con el Govern por este tema, Trigueros señaló que «no me cabe en la cabeza que la Conselleria de Medi Ambient no quiera proteger la pradera de posidonia» al mismo tiempo que aseguraba que Balears «es la única zona de España» donde «nos ponen pegas para arreglar las playas». El director general afirmó que «no pretendemos crear nuevas playas sino reparar daños» y negó, dada la cantidad de arena que se pretende extraer, que necesiten un estudio de impacto ambiental.

Trigueros, sin embargo, afirmó que dicho estudio se realizaría «ya que, de esa forma, se garantiza que la actuación no afecta al ecosistema» aunque, posteriormente, reconoció que lo que no se hará será «la declaración de impacto ambiental al ser un trámite meramente burocrático». Por último se mostró dispuesto a retrasar la extracción «unos diez días» si con eso se consigue un acuerdo con el Govern. Precisamente del director general del Litoral del Govern, Onofre Rullán, se quejó ayer de la falta de información que tienen sobre el proyecto y del incumplimiento de trámites legales.