La presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antònia Munar,
planteó ayer la necesidad de que las empresas de la construcción
inicien «un proceso de reconversión para los momentos difíciles»
tras el pronóstico realizado por la patronal CAEB, que prevé que la
moratoria aprobada por la institución insular puede poner en
peligro 30.000 puestos de trabajo en el sector. «Cualquier proceso
de transformación tiene momentos difíciles», dijo Munar, quien
opinó que las críticas vertidas sobre la política urbanística del
Consell tanto de Esquerra Unida"Els Verds como de la CAEB
«demuestran que nuestro gobierno va por buen camino».
«Estas críticas significan que estamos adoptando medidas
moderadas y centradas que no agradan ni a unos ni a otros», valoró
la presidenta del Consell, quien calificó de «desmesurado» el
crecimiento urbanístico que ha vivido Mallorca durante los últimos
años. Esta contundente reacción de Munar se produjo 24 horas
después de que promotores inmobiliarios y patronales de la
construcción afirmasen que unas 4.000 empresas del sector están
amenazadas por las medidas transitorias aprobadas por el Consell.
Según la patronal, el sector de la construcción acumulará unas
pérdidas de 1.616 millones de euros.
El conseller de Treball, Eberhard Grosske, también mostró su
excepticismo ante las cifras aportadas por la patronal. Grosske
calificó de «profecías» las previsiones de la CAEB, aunque el
titular de Treball admitió que la actual ralentización económica de
la Unión Europea también está creando dificultades en Balears. Para
el conseller de Treball y coordinador general de Esquerra Unida,
los actuales niveles de desarrollo urbanístico y de empleo en la
construcción «no se aguantan». Grosske recordó que en 1995
trabajaban en el sector de la construcción unas 20.000 personas y
en 2002 el número de empleados se cifra en 45.000. «Nunca en la
historia de Balears ha habido tanta gente colocada en el sector de
la construcción», subrayó el conseller de Treball.
Según datos del Govern, la evolución en los últimos años en el
sector de la construcción muestra una tendencia al crecimiento
espectacular que desborda las previsiones más optimistas. A finales
del mes de marzo de este año había en Balears 45.721 trabajadores
asalariados y 13.414 autónomos en el sector de la construcción.
Sobre esta polémica, el portavoz del PSM en el Consell, Antoni
Alorda, planteó que «el sector de la construcción no puede mantener
su actual nivel de crecimiento» y, al igual que Munar, apuesta por
su diversificación. El PSM cree que la aprobación del plan
territorial debe establecer «un marco estable» para el desarrollo
urbanístico de Mallorca. El portavoz del PP en el Consell de
Mallorca, Jaume Font, expresó su preocupación por las cifras de
pérdida de empleo auguradas por la patronal y reivindicó la
aprobación cuanto antes del plan territorial, que los populares
apoyarán o no tras estudiarlo «con sentido común». La próxima
semana, el PP mantendrá un primer encuentro con el equipo de
gobierno del Consell mallorquín porque «aún se deben explicar
muchas cosas que no están claras», dijo Font.
A pesar de la intención del Pacte de frenar la construcción en
Mallorca, Font precisó que en el periodo 1990-1995 el Consell
gestionado por el PP otorgó 1.632 licencias en suelo rústico frente
a las 3.840 concedidas por el gobierno de Munar entre 1996 y 2001,
un 135 por ciento más.
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