Palma vivirá hoy la octava Diada per la Llengua i l'Autogovern, una
jornada como siempre festiva y reivindicativa que pretende llamar
la atención de la población y de las autoridades sobre la necesidad
de apuntalar el uso cotidiano del catalán ante el riesgo de
desmoronamiento que se viene detectando desde hace años.
La diada contará con episodios gastronómicos, musicales y
culturales, así como con testimonios de inmigrantes que hablan
catalán.
Sin duda la presencia de ciudadanos de otros países en nuestras
Islas ha sido un factor importante que ha contribuido a la pérdida
de influencia del catalán. Pero no es el único y ni siquiera el más
grave. La generalización de los medios de comunicación "radio y
televisión, sobre todo", la llegada de españoles de otras
provincias y la pura pereza son elementos a tener muy en
cuenta.
Que el catalán está en una situación delicada es algo que
sabemos todos. Desde las más altas instancias políticas se han
tomado algunas medidas fundamentales, como la implantación del
idioma en todos los ciclos educativos. Pero en nuestro país
sufrimos tradicionalmente la tendencia a emitir cientos de leyes
sin velar jamás porque se cumplan. Aquí ocurre un poco lo mismo. La
obligación existe, pero en muchas ocasiones se incumple sin que
llegue a pasar nada.
Aunque el gesto simbólico y la reivindicación siempre son
positivos, los resultados se obtienen con una lucha diaria, sin
cuartel, paso a paso, en todos los frentes: educativo, cultural, de
adaptación de los inmigrantes. Y sobre todo, consiguiendo que la
lengua no sea motivo de batallas políticas ni de enfrentamientos
culturales. Debe ser una lengua abierta a todos y que una a cuantos
han nacido en Mallorca o han elegido esta tierra para vivir en
ella.
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