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S.B./J.M.A. Los vecinos de las diferentes asociaciones que conforman la Plataforma pel Progrés del Centre Històric de Palma manifestaron ayer su apoyo incondicional a la instalación de pilones retráctiles en el centro con tal de impedir la presencia de vehículos no autorizados en sus barriadas. Los vecinos se mostraron muy enfadados con los comerciantes, y especialmente con el presidente de la patronal Pimeco, Demetrio Peña, a quien aseguraron que «de toda la vida la gente ha venido a pie, y además, hay muchos comerciantes que están completamente a favor de los pilones».

Recientemente, Peña había acusado al alcalde de Palma, Joan Fageda, de querer acabar con el pequeño comercio con estas medidas, y los vecinos recordaron que «siempre que han pedido nuestro apoyo para sus reivindicaciones lo han tenido, y ahora nos pagan de esta manera».

El portavoz de la plataforma, Climent Garau, explicó que la instalación de los pilones no hace más que «poner una barrera física con tal que se pueda ejecutar una ordenanza municipal, que es la de ACIRE, creada en 1981 para luchar contra la droga y la delincuencia y a la que nadie hacía caso», dijo, y añadió que en el último año sólo se han peatonalizado la calle Convent de Sant Francesc y parte del Passeig des Born. Los vecinos de la Porta de Sant Antoni explicaron que los pilones también eran una herramienta importante para controlar y erradicar la prostitución de la zona.