Los fieles formaron colas para venerar la imagen.

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La igesia del Socors se vio ayer desbordada durante todo el día por la gran afluencia de fieles que veneraron en el día de su fiesta la imagen de Santa Rita, abogada de las causas imposibles. Por la mañana se celebraron cuatro misas con una gran participación de fieles. Mientras, en la entrada, las damas colaboradoras de esta devoción no daban abasto para vender uno y mil recuerdos de la santa, traducidos en rosarios, medallas, estampas, imágenes y libros. También en el interior de la iglesia se notaba el fluir de gente que se dirigía a la capilla del Sagrado Corazón, donde presidía la imagen de Santa Rita, rodeada de flores.

Este año los velones encendidos no tepizaron el suelo de la capilla. El padre agustino rector del Socors, Félix Carmona, explicó que «con ellos se cargaba la atmósfera y por efecto de los ácidos que entran en la composición de las velas, que dañaba la ornamentación barroca de la cúpula, encontramos oportuno instalar paneles electrónicos». Al notar la gran cantidad de rosas que se repartían, cuando su escasez era notable en anteriores ediciones, el padre Félix Carmona subrayó que «este año nos han traído muchas rosas, por el hecho de que hace dos semanas llovió bastante y se retrasó la floración».

Gentes de toda condición y edades, de Palma y venidas desde pueblos de Mallorca, se acercaron a venerar la imagen de la santa. No faltaron niños de corta edad acompañados de sus padres o abuelas. En el camarín se notaban rostros cargados de emoción. Algunas personas dejaban caer lágrimas de sus ojos. Unas de gratitud hacia alguna gracia alcanzada por intersección de Santa Rita y otras de súplica para paliar una situación adversa.

El rector Félix Carmona destacó que «la gratitud está a la orden del día. La víspera acudió un joven a dar gracias pues había aprobado unas oposiciones a la primera, y un señor de un pueblo llevaba veinte años viniendo tras curarse de un tumor». La fiesta de Santa Rita concluyó con la misa concelebrada de la tarde, a la que asisitó mumeroso público, que estuvo presidida por el rector, en la que intervino con sus cánticos la Coral Colegio de San Agustín.