Campos de refugiados, un mundo aparte

Los campos de refugiados burundeses en Tanzania se hallan en el distrito de Kasulo, a una hora y media de todoterreno por pistas repletas de polvo rojizo, y son tres: Mtabila I, Mtabila Extensión y Muyovoci, en los que Veïns sense Fronteres ha puesto en marcha diversos microproyectos a través de las ONGs NWB, Seko, Africaire y Seiu. En dichos campos, donde fuimos recibidos con grandes honores por parte de sus habitantes, especialmente en el Mtabila I, en el que nos encontramos con el obispo de Kasulu, la consellera Fernanda Caro inauguró un restaurante creado y dirigido por un grupo de mujeres como fruto de un proyecto nutricional.

Ni qué decir tiene que, al igual que en inauguraciones anteriores, la misma se prolongó por espacio de dos horas largas, en el transcurso de las cuales no faltaron los interminables discursos amplificados al auditorio a través de megáfono, no por largos sino porque debían ser traducidos al inglés o swahilli, si eran en castellano, o viceversa, si era pronunciados en uno de los otros dos idiomas, los cánticos y danzas burundesas, las representaciones teatrales y "en ésta en concreto", las exhibiciones gimnásticas, todo bajo un sol de justicia aguantado estoicamente por un millar de personas, sobre todo por las que no estaban a la sombra, que eran la mayoría. Finalmente, y también con gran algarabía y regocijo por parte de los moradores del campo, se visitaron los colegios de secundaria que hay en los citados campos.