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Si usted ve un halcón sobrevolando sobre Son Sant Joan no se preocupe, le está protegiendo. El arte de la cetrería llegó al aeropuerto de Palma hace tres años como medida de seguridad en las pistas. En la zona sur del aeropuerto de Palma se creó un recinto donde se crían y se amaestran estas aves, gracias a la ayuda de dos halconeros.

Este nuevo sistema es considerado uno de los más ecológicos y eficaces para la caza de esas aves que merodean en las pistas de los aeropuertos y que son las causantes de accidentes y caras averías en las turbinas de los aviones.

Los halconeros disponen de diferentes razas de estas aves de rapiña, como la raza sacre, garifalte, peregrino y danarie. Además, disponen de otras especies, como los harrys y las azores, que están más destinados a la caza de conejos y liebres.

Para preparar a estos halcones se suelen hacer a diario unos entrenamientos. La «altanería» es un método que consiste en que el halcón coja la máxima altura posible y luego, en que haga un picado directo hacia la presa que espera atrapar.

Estas aves carnívoras se mueven por el hambre y como premio a su trabajo diario se les deja comer el ave que atrapan o se les cambia por un poco de codorniz, para que se acostumbren a comer siempre del puño del halconero. Estas aves llevan un emisor, para que si alguno se distancia del aeropuerto, los halconeros puedan encontrarlos en cualquier lugar de la Isla.

La torre de control suele avisarles cuando avistan algún bando de pájaros, para que acudan rápidamente con los halcones a espantarlos. Pájaros en desbandada o alguna paloma bajo las garras de los halcones suele ser la seguridad más eficaz que nos ofrece la naturaleza a la hora de volar.