«Yo no veo caro practicar el golf. Puedes ser socio de un campo de golf desde unos 600 euros al año. Lo que me parece caro es pagar 60 ó 90 euros para ver un partido de fútbol que sólo dura noventa minutos, y en el que, además, debes tragar el puro del que se sienta a tu lado», defiende Jorge Pando, director del Real Golf de Bendinat. En verano "temporada baja para los campos de golf", el sol y las playas monopolizan el tiempo libre de la mayoría. Por eso, la tranquilidad se deja notar entre hoyo y hoyo. «Dado que la temporada alta transcurre en marzo, abril, mayo, octubre o noviembre, el verano es una buena época del año para iniciarse en el golf», aconseja.
Los primeros pasos de los recién iniciados esconden una doble misión: averiguar si te gusta el golf y si posees las aptitudes necesarias. Para cumplir este primer paso, Pando aconseja iniciarse con unas clases prácticas durante dos o tres meses con un par de clases por semana. Tras cimentar una buena base, sólo caben dos posibilidades: la primera, que requiere una inversión de mayor calibre, es hacerse socio de un club de golf; la segunda supone pagar simplemente los días que vas a jugar al campo.
Pero según sostiene Jorge Pando, «la mayoría de la gente se decanta por la primera opción. Es decir, prefiere tener la tranquilidad y la confianza de poder jugar en su propio club de golf». Y es que los números hablan por sí solos. En Balears "750.000 habitantes", hay 18 campos de golf, 16 en Mallorca. Pero sin duda, el dato más revelador es el número de jugadores federados: 6.600.
Pero, ¿qué busca una persona que se acerca por primera vez a este deporte? Según reconoce el director del Real Golf de Bendinat, «la gente se mueve principalmente en busca de un rato de paz que a su vez le garantice una práctica deportiva». Y es que no todo el mundo se apunta a la moda del footing o a encerrarse a sudar la gota gorda en el interior de un gimnasio. «Sin olvidar la parte deportiva del golf, me gustaría resaltar su función social. Conozco mucha gente que considera que éste es un buen lugar para hacer negocios y conversar sin ningún tipo de impedimento durante, por lo menos, unas cuantas horas», explica.
Pero pese a los esfuerzos de las instituciones y de los campos de golf por hacer de ésta una actividad popular, los números no parecen encajar en los bolsillos más modestos. El precio medio de una clase de golf para iniciarse en la especialidad ronda los 30 euros, mientras que comprar un equipo de palos puede ir desde los 900 euros de un juego normal, a pagar millones por equipos hechos de cuero con las iniciales del jugador bordadas. Ante estas cifras, una pregunta se cuela entre los pensamientos de la mayoría: ¿Realmente se puede considerar el golf como un deporte asequible para la mayoría o seguiremos optando por jugar a las palas en la playa?
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