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CHEMA OROZ
La evolución de las temperaturas en Mallorca durante este fin de semana sufrió grandes altibajos. Miles de veraneantes acusaron los contínuos cambios en los termómetros, con el consiguiente trastorno en sus planes vacacionales. Por encima de las fuertes lluvias del sábado y las leves gotas de agua que nos visitaron ayer, la gran variación la arrojaron las locas temperaturas.

En Palma, la máxima alcanzada durante la jornada del viernes fue de 28 grados, mientras que la mínima fue de 21'6. La situación empeoró un día después con un techo de 24 grados y una mínima de 18'4. Ayer, se vivió una gran oscilación en la capital balear. Se pasó de 25'5, como máxima, a una mínima de tan sólo 15'8.

Por otro lado, en el municipio de Lluc también se dieron temperaturas poco habituales para las fechas en las que nos encontramos. Durante el día de ayer, la mínima en la localidad mallorquina fue de 9'5 grados, mientras que la máxima ascendió hasta los 21'2. Los días viernes 9 y sábado 10 registraron unas temperaturas que llegaron hasta los 21'8 y 19 grados respectivamente. Sin embargo, durante esas dos jornadas, las mínimas cayeron a los 14'2 y los 16'4.

Gracias a las temperaturas de ayer, las playas volvieron a recobrar su mejor cara. Tanto los veraneantes, como los comercios a pie de playa, se reencontraron con un ambiente olvidado los últimos días. De esta manera, los bañadores, las gafas de sol y las cremas protectoras recuperaron, en pleno mes de agosto, todo su esperado protagonismo. Parece que, de nuevo, llega el buen tiempo.