Sesenta joyas de la náutica, procedentes de 14 países diferentes, participarán esta semana en el XVIII Trofeo Almirante Conde de Barcelona-IV Copa S.A.R. Don Juan de Borbón, que organiza un año más la Fundación Hispania. El muelle de la Lonja constituye un año más el escenario donde atraca esta espectacular flota de época, en un espacio de gran tradición marinera, abierto al público. La salvaguarda del patrimonio naval constituye el objetivo final de esta competición deportiva que se celebrará durante cuatro días de esta semana en ocho pruebas. Unas fechas en que las aguas de la bahía recuperan imágenes para el recuerdo, llenas de sabor y romanticismo.
Imponentes ruedas de timón, espigados botalones e incluso mascarones de proa, se reflejan en las aguas de la bahía bajo la sombra de imponentes arboladuras que nos transportan a otra dimensión en el tiempo. Cuando el trabajo artesanal y la pericia de los tripulantes confería a la navegación a vela una autenticidad legendaria. La amplia variedad de embarcaciones ha determinado la adopción de diversas categorías, según su fecha de construcción. En el certamen coexisten las velas cangrejas y marconi con aparejos de ketch, yawl, goleta, sloop o cúter.
El campo de regatas se centrará en el marco de la bahía entre sa Porrassa y Cala Blava, con recorridos en torno a las 20 millas. El evento deportivo reúne a barcos tan dispares como los antiguos pailebotes baleares Thopaga de 43 metros de eslora o Rafael Verdera de 30 metros, otros de estilizados cascos de estudiada hidrodinámica pertenecientes a aquellos gloriosos galgos del mar internacionales de los años 20 y 30.
La presencia de estos barcos cargados de historia, en los fríos tiempos de los materiales sintéticos y el gobierno electrónico, motiva el espíritu que ha permitivo su conservación y restauración.
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