Tres son las especialidades clásicas del buñuelo relleno.

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La presencia en las calles de Palma de puestos de venta de buñuelos fritos ya anuncia la próxima fiesta de las Verges. En Mallorca se vive de forma especial el día 20 de octubre, víspera de Santa Úrsula. Como manda la tradición, los jóvenes, enamorats o no, salen de ronda para dedicar sus canciones a sus al·lotes o amigas, quienes les obsequian a cambio con los dulces buñuelos.

Los más tradicionales son los fritos, amb forat, que suelen elaborarlos en muchos domicilios, aunque en los últimos años el público suele comprarlos en los puestos acostumbrados de venta en las calles de Sant Miquel, Emili Darder o Plaça Cardenal Reig. Una receta popular, que aporta Antònia Serrano en su obra Les receptes de Na Tonina, es a base de medio kilo de boniatos, 250 gramos de harina de fuerza, una cucharada de manteca, azúcar, un poco de levadura de panadería, medio vasito de agua, aceite y sal.

Bernat Mestre y Margarita Alameda confeccionan la pasta de los denominados «rellenos» a partir de un litro de agua, 1 litro de aceite de girasol "es más ligero que el de oliva" una pizca de sal y un kilo de harina. Mezclar los ingredientes e incorporar unos 24 huevos. Formar montoncitos en una placa y hornearlos. Los precios de los fritos oscilan entre los 10 y los 12 euros el kilo, mientras que el precio de los «rellenos» va desde los 11 euros de los de crema a los 15 euros de los de trufa.