El conseller d'Educació, Damià Pons, inauguró ayer las primeras
Jornadas sobre «Normalización lingüística en la enseñanza y en el
ámbito sindical», organizadas por el STEI-i. Pons recordó a los
inmigrantes residentes en Balears que tienen el «deber de aprender
el catalán y, a ser posible, de incorporarlo a su uso privado o,
cuando menos, a los usos públicos». El conseller aportó el dato de
que «de las últimas 120.000 personas en que ha crecido la población
balear, ni un 4 por ciento es catalanoparlante».
Por eso, insistió, «las personas venidas de fuera tienen el
deber de aprender nuestra lengua, como nosotros tenemos la
obligación de prestarles un servicio sanitario, educación y un
trabajo digno». Por su parte defendió que la normalización debe
llegar de la mano de la legislación, pero también del voluntariado.
En este sentido, la secretaria general del STEI-i, Neus Santaner,
se mostró más convencida de la necesidad de «nuevas vías
legislativas».
Santaner reconoció su pesimismo ante la realidad actual del
catalán al afirmar que «los esfuerzos realizados para la
normalización han tenido su reflejo en las escuelas, pero no en la
sociedad». «Aunque el catalán ya no es una lengua perseguida
-añadióeso no quiere decir que no esté en peligro». Uno de los
principales reclamos de estas jornadas fue la intervención ayer de
Fito Rodríguez, vocal de Euskal Herritarrok (EH) en Junta de
Guipúzcoa y profesor de la lengua prerománica en las universidades
de Euskadi y la de París VIII.
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