Cerca de dos mil personas con unos 600 vehículos (aproximadamente
un centenar de tractores y el resto, remolques, carromatos,
«cabriols» con sus caballos, furgonetas y turismos) se manifestaron
ayer por la mañana por las carreteras de Mallorca y en los accesos
y calles de Palma para exigir del Govern una solución definitiva a
la financiación del deporte balear del trote, después de que el
Ejecutivo autonómico haya descartado la puesta en marcha de los
juegos de la Lototrot y Promotrot.
Desde Inca, Manacor, Campos y Son Pardo partieron respectivas
caravanas hasta concentrarse frente al edificio de GESA a las 11
horas para marchar posteriormente hasta el Consolat de la Mar, sede
de la presidencia del Govern. Lógicamente, las tres caravanas
procedentes de la Part Forana crearon retenciones, colas y atascos
en sus trayectos, pero en Palma el colapso fue total. Antes del
mediodía, hora fijada para el inicio de la manifestación en sí
hasta el Consolat, la fila de los diferentes vehículos
participantes tenía su cabeza en GESA y se prolongaba por la
autopista de Llevant y la vía de cintura, de tal manera que la cola
se encontraba en el propio hipódromo de Son Pardo.
Esta masiva presencia de vehículos de manifestantes en algunos
de los principales accesos de Palma creó tal tapón que la cabeza de
la manifestación intentó avanzar para dar cabida a una parte de los
que seguían llegando. La Guardia Civil lo impidió y se produjeron
algunos momentos de tensión, sin más consecuencias. Así, a las doce
se inició la marcha hasta el Consolat, que transcurrió sin
incidentes entre los gritos y los toques de pito y de cláxon. El
paso era lento, propio de manifestación, incluso con algunas
paradas, para desesperación de los conductores de las vías
cercanas.
La marcha estaba encabezada por una pancarta que rezaba: «Salvem
es trot». Tras ella, los dirigentes de las entidades convocantes:
Andreu Artigues, presidente de la Federació Balear de Trot; Biel
Roca, presidente de la Associació de Criadors i Propietaris de
Cavalls Trotadors; Tomàs Cortès, presidente de Asaja-Balears; Biel
Company, secretario general de Asaja-Balears; Santi Contestí,
presidente de la Associació de Jockeys. También participó Nicolau
Tous, director del hipódromo de Son Pardo y miembro de UM, aunque
quiso dejar claro que estaba allí como caballista.
Llegados al Consolat de la Mar, los manifestantes se
concentraron como pudieron en el Passeig Sagrera y, contrariamente
a la tractorada de mayo de 2000, no arrojaron nada al suelo ni
lanzaron objetos contra la fachada de la sede gubernamental,
protegida por policías. Siempre en tono pacífico, se gritaron
consignas contra Antich y a favor del trote. El «boti, boti, boti,
Antich el que no boti» fue inevitable. Los megáfonos y los pitos
aportaron contundencia sonora a la protesta. El president ni ningún
conseller estaban presentes en el edificio, pero una delegación de
los manifestantes se adentró en el Consolat y pudo hablar con la
jefa de Gabinete, Yolanda Serrano, con la que se pusieron de
acuerdo para concretar un próximo encuentro con Antich.
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