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Edificio Guillem Cifre de Colonya. En la puerta principal un gran disco de prohibido el paso (pero con la franja blanca en forma de cigarrillo) indica que el estudiante se encuentra ante un «edifici lliure de fum de tabac». Ayer entró en vigencia la declaración de este inmueble como espacio «ejemplar» para evitar el tabaquismo en la Universitat. Unas grandes macetas"ceniceros invitan a los estudiantes a que apaguen las colillas y dejen el insano hábito del fumador. No obstante, J.S.L. sale por la puerta del hall con un buen pitillo en la boca: «Entiendo que haya gente a la que le moleste el humo del tabaco, pero también me parece injusto que no nos dejen fumar».

María Cifre, estudiante de Educació Social, afirma: «Me parece bien la idea, aunque el letrero es feo e innecesario. Dar la opción a que la gente pueda dejar este hábito es correcto, siempre que haya zonas para los que quieran seguir fumando». Los fumadores, a partir de esta semana, tienen tres zonas para dedicarse a su «vicio» preferido: una minúscula sala del bar de Psicología (Bloque A) y dos «halls» en el bloque B y C. Albert Riquelme, estudiante de Educació Infantil, asegura que «si queremos fumar tenemos que estar todos en esta sala del bar. Si vamos al comedor no podemos hacer el cigarrillo».

Bel Puigrós es también fumadora, pero agradece la medida: «Me están haciendo un favor. Antes, entre cada clase me hacía un pitillo en el pasillo o en el vestíbulo. Ahora me lo han prohibido y ya no fumaré estos cigarrillos que siempre están de más. Creo que esto me ayudará a fumar menos». Vanessa Ferrera, de cuarto de Psicología, no es fumadora y está encantada con que su facultad sea un edificio «lliure de fum»: «A veces este edificio está lleno de humo, el ambiente es muy cargante. Hoy ha sido el primer día sin tabaco, pero yo aún he visto mucha gente que fuma, ya se irán acostumbrando. El ambiente estará más despejado. Creo que se trata de una buena medida para reducir este hábito».