Asunción Miura, directora del Instituto de la Mujer en la
Consejería de Bienestar Social de la Comunidad de Madrid, pronunció
ayer una conferencia organizada por la Asociación de Mujeres para
la Democracia, bajo el título «La explotación sexual y el tráfico
de personas». Según sus propias palabras, «la prostitución
históricamente ha sido consecuencia de un sistema patriarcal, pero
hoy en día es mucho más, es el sometimiento del fuerte sobre el
débil. Más que relaciones sexuales es la necesidad de someter a
alguien».
Definió la prostitución como «una manifestación muy grave de la
violencia ejercida contra las mujeres; es la esclavitud del siglo
XXI». Al respecto, explicó que en la actualidad hay muchas mafias
que, aprovechándose de la vulnerabilidad, la ignorancia y la
debilidad de determinadas personas ejercen el tráfico sexual, que
«es un negocio tan lucrativo como el tráfico de armas».
Refiriéndose al tema de la violencia doméstica, manifestó que es
un problema que produce un ferviente rechazo social, mientras que
el tráfico de personas y la prostitución «han sido tolerados». Para
la sociedad, existe una gran incógnita en torno a esta problemática
«porque los mensajes que se están transmitiendo son bastante
contradictorios». Miura está convencida de que si la sociedad, y
más concretamente el cliente, conociera los efectos que tiene la
prostitución en las personas que la ejercen, no continuarían
utilizando este servicio.
«Todo el mundo se pone de acuerdo sobre el rechazo unánime del
tráfico, pero sin embargo en torno a la prostitución hay dudas y
planteamientos como la libertad de elección del ser humano»,
argumentó. Además rechazó la prostitución como una elección
personal y propia, y concretó que el 95 por ciento de las mujeres
que ejercen la prostitución han sido objetos de distintos tipos de
violencia.
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