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Las viviendas vacías de Palma tienen capacidad para albergar a 100.000 personas, según estudios territoriales de las conselleries d'Obres Públiques y Turisme. La capacidad actual construida de Palma es actualmente de 490.000 personas, incluidas sus 44.000 plazas turísticas. Así, si a los 350.000 habitantes actuales se les suman las 44.000 plazas turísticas, la diferencia con las 490.000 mencionadas correspondería a plazas de viviendas vacías.

La revisión del Pla General d'Ordenació Urbana (PGOU) de 1999 redujo en casi 300 hectáreas y unas 40.000 plazas el suelo urbano y urbanizable anterior sin ejecutar, que sumaba, en 1995, 1.185 hectáreas y 132.291 plazas. De esta manera, con el PGOU actual, el municipio de Palma podría llegar a una población de unas 600.000 personas.

La existencia de casas vacías en Palma con capacidad para 100.000 personas coincide, paradójicamente, con unos años en los que el precio de la vivienda ha aumentado espectacularmente, convirtiéndose en una de las cuestiones que más preocupa a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes que quieren emanciparse.

Pese a los importantes incrementos en los precios de la vivienda, los municipios vecinos de Palma, en lo que sería su área metropolitana, han experimentado notables incrementos en su población, que siempre han sido explicados por la presión demográfica que ejerce la capital. Si tomamos los crecimientos de población de los ocho municipios que envuelven el de Palma (Llucmajor, Algaida, Santa Eugènia, Santa Maria del Camí, Marratxí, Bunyola, Esporles, Puigpunyent y Calvià), observamos que la suma de sus aumentos de población en los últimos diez años alcanza los 40.000 habitantes.

Calvià y Marratxí lideran estos aumentos, con 18.000 y 11.000 habitantes más, respectivamente, desde 1992. Marratxí es un claro ejemplo de municipio que ha incrementado su población con la incorporación de servicios como hipermercados, polígonos industriales y, recientemente, un macrocentro de ocio. Toda esta actividad económica, que en realidad es la propia de un área metropolitana, se ha visto acompañada por una demanda de suelo por parte de palmesanos que han querido residir fuera de la ciudad. La presencia de la autopista y del tren de Inca ha sido un aliciente más para los que han querido trasladarse a residir al municipio vecino, que por esta circunstancia ha visto crecer un importante número de nuevas urbanizaciones.