El Consejo de Vida Consagrada de la Diócesis de Mallorca y la
Confederación de Religiosos y Religiosas de la Isla (Confer)
organizaron ayer un foro sobre la inmigración y sus consecuencias.
En el mismo se destacó la falta de información con la que llegan,
la falta de solidaridad institucional que encuentran y la falta de
dignidad que padecen muchos en nuestra comunidad.
La introducción corrió a cargo de Josep Noguera, delegado
diocesano de Acción Social quien afirmó que «en los últimos años el
desplazamiento territorial ha adquirido un ritmo acelerado». El
debate se acometió desde tres ámbitos interdisciplinarios
diferentes: socioeconómico, sociocultural y
evangélico-pastoral.
El encuentro tuvo lugar en la Casa de Espiritualidad de Son Roca
donde también se realizaron talleres de trabajo dirigidos por las
asistentes sociales Aina Comes, Maria Ignàcia Charcartegui y
Bárbara Picornell, esta última miembro de Cáritas
A lo largo de estos talleres se ha planteado cómo y de dónde llegan
los inmigrantes, que fundamentalmente proceden de Nigeria,
Marruecos, Ecuador y Perú, normalmente de la mano de asociaciones
mafiosas, «absolutamente engañados y carentes de algún tipo de
información clara y ajustada a la realidad», afirmó Miquel Mascaró,
misionero de los Sagrados Corazones.
El mismo misionero denunció la falta de apoyo institucional,
sobretodo en lo que se refiere a la «poca agilidad con la que se
tramitan los permisos de residencia». Los problemas más habituales
que viven, una vez que han llegado a nuestra comunidad es el
desprecio y el aislamiento «es fundamental que personas, tantas
veces engañadas, reciban una acogida más cálida», señala Mascaro
así como abrir los colegios privados-concertados para que los hijos
de los inmigrantes tengan derecho a la educación. El foro sobre la
inmigración continuará los días 5 de abril y 3 de mayo.
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