A las 11 de la mañana unas 400 personas se dieron cita en la
Plaza Gomila desde donde salió la manifestación cuyo breve
recorrido llegó hasta el mirador, la Plaza de Remigia Caubet. Allí
el presidente de la asociación de vecinos, Angel Domenech, leyó un
manifiesto en el que reclamó «vivir en un entorno regulado por
elementales normas de convivencia y no tener que compartir una
existencia sucia e indigna»
Muchos de los manifestantes son vecinos del Terreno de toda la
vida como Antonia Felani Mesquida: «la vida transcurría entre el
bosque de Bellver y s'Aigo Dolça, el mar. Nada que ver con lo que
hay ahora, no me atrevo ni a comprar el pan». Unos jóvenes que
declararon no ser vecinos de la zona mostraron su extrañeza ante la
manifestación: «Son unos intolerantes, tenemos derecho a
divertirnos. La solución pasa por acondicionar los locales». Entre
los manifestantes se pudo ver a Margalida Thomas, regidora de
Izquierza Unida que declaró «vengo por solidaridad» y a Rosa Bueno,
presidenta de la Federación de AAVV de Palma.
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