El Gran Circo Nacional Chino, con su programa «Zensation», ya
lleva dos días de actuaciones en Palma y son ya 3.400 los
mallorquines que han disfrutado con el espectáculo. Más de dos
horas de sorprendentes números que han tenido tanto éxito que han
obligado a añadir una función más al programa: el viernes 24 de
enero.
Lo que pasa en la carpa instalada en el recinto de la Fira del
Ram es difícil de explicar con detalle, porque hay que vivirlo, hay
que estar allí, sentarse, abrir bien los ojos y predisponerse a ver
un circo diferente. Por eso, evitaremos repetir adjetivos tipo
espectacular, emocionante, sorprendente, impresionante, increíble,
e invitamos a entrar en la carpa. Por eso, hemos optado por
enseñarles lo que no van a ver, los entresijos, los bastidores, lo
que llaman backstage, allí donde conviven los protagonistas antes
de las funciones.
Entramos en su particular carpa...y el silencio nos cierra la
cortina. Allí hay cerca de 60 personas, entre los 15 y 30 años, que
se afanan en arreglarse, tan sólo queda media hora para que
comience el estreno. La tranquilidad es absoluta, larga y sólida,
que ni tan sólo rompe la presencia del redactor de Ultima Hora,
único «forastero» del ambiente y el único intranquilo. Ni se
inmutan.
Allí están ellos, unos meditando, otros maquillándose, eso sí,
cuando se dirigen alguna palabra lo hacen en voz baja, no vayan a
molestar. Los hay que se enfrentan a un extraño juego que recuerda
a las damas, mientras el cocinero, chino, por supuesto, prepara la
cena a base de arroz, cómo no. Son lo mejor de China en cuanto a
circo, allí son considerados estrellas, sólo unos pocos adquieren
el sello de Gran Circo Nacional, que el Estado sólo otorga a los
mejores. Li Dongming, el entrenador, está tranquilo, los ensayos
han ido bien. Es el único que puede fumar. Trata a sus discípulos
como deportistas de elite: siguen una dieta muy estricta, los
ensayos son muy duros y la disciplina es primordial. Sus físicos
así lo delatan, ya que sus cuerpos no los envidiaría ningún
gimnasta olímpico. Son menudos, pero potentes. Existe la duda ante
la disyuntiva de si el Zen es una filosofía o una religión, pero
quizá lo que más se aproxime al entendimiento del Zen sea un estilo
de vida. Y ellos profesan el Zen. Mantienen un perfecto equilibrio
entre el ejercicio físico y el mental, sólo la fuerza espiritual
detrás de las actuaciones les sirve para superarse a sí mismo una y
otra vez.
David J. Nadal
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