Con tan sólo cuatro años su abuela le cerraba la puerta de su
habitación para evitar que durmiera con su gato. Ella abría la
ventana, lo dejaba entrar y dormía en su habitación hasta que la
abuela volvía a meter la llave con el amanecer y el gato volvía a
salir por donde había entrado.
La niña era Luisa Perelló, fundadora y directora durante 30 años
de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Mallorca,
fallecida el pasado jueves a los 90 años de edad, después de haber
dedicado media vida al cuidado de animales abandonados.
«Siempre iba detrás de perros y gatos; les daba de comer y
acudían a nuestra casa. Una vecina le dijo que había visto un
anuncio en el periódico para crear la Sociedad Protectora de
Animales y ella acudió. Le dijeron que necesitaban cien socios y
ella entró con el número 13. Consiguió todos los socios necesarios,
pero no tenían refugio y no existía ninguna ley que avalara su
trabajo. Eran los años 50», recuerda su hija Tonina Bordoy,
directora de la Sociedad.
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