Con el encendido del gran fogueró, la revetlla echó a andar a
las 19.00 horas en la Plaça de Espanya. Fue por poco tiempo porque,
sobre las 21.00, comenzó una lluvia persistente que ya no cesó.
Aunque los más madrugadores pudieron comerse los butifarrons, la
noche se aguó y Palma se quedó sin música. Los conciertos, excepto
el de rock català en la Plaza de la Artesanía, quedaron
suspendidos. Cort anuncia que algunos de ellos se celebrarán hoy, a
las 21.00, tras el Aiguafoc.
La noche se presentaba alegre, como siempre. Joan Fageda y
Francesc Antich dieron esus encendiendo el fogueró. Comenzaron las
torradas y los primeros pasos de ball de bot. La colla de
Castellers de Mallorca sí pudo cargar el castillo humano.
Los partidos habían organizado sus revetlles particulares. PP,
EU, UM y PSOE convocaban a simpatizantes y amigos con comida,
bebida y hasta internet. Grosske puso un ordenador al servicio del
público para enviar mensajes contra la guerra a Bush y Aznar.
Maria Antònia Munar, con gripe, se dio una vuelta y coincidió
con Jaume Matas y la plana mayor del PP. Antich recorrió las calles
con Antoni Roig.
El resto de la noche ya fueron agua, paraguas, y el centro de
operaciones de Can Oms, donde se decidía qué hacer con la lluvia y
las actuaciones, en plena ebullición. Carmen Feliu deliberaba con
los jefes de bomberos, Policía Municipal, Cruz Roja y
representantes de los artistas.
El público, mojado, se impacientaba mientras las autoridades
cruzaban los dedos. La lluvia resultaba un peligro para los músicos
porque, a pesar de los toldos, los equipos y cables se mojaban.
Finalmente llegaban las primeras noticias. Una a una, las
actuaciones, con un coste total de 59 millones de pesetas, fueron
cayendo. Y muy poco se recuperará con el seguro.
Pedro Prieto y Mariana Díaz.
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