China dio ayer noche, con su particular Nochevieja, la
bienvenida al Año de la Cabra, que empieza hoy, 1 de febrero, según
el calendario lunar, que repite un animal cada doce años,
cumpliendo con ancestrales tradiciones, mezcla de supersticiones y
costumbres, que tienen un solo fin: alejar infortunios y atraer
buena suerte y riqueza.
Las reglas de oro son sencillas. En primer lugar, limpiar la
casa a fondo antes de las doce de la noche de ayer, pero nunca
después, puesto que junto con el polvo se barrería la fortuna
venidera. Luego, tirar la escoba a la basura. Justo con el cambio
de año pusieron a hervir los «jiaozi», una especie de pasta rellena
de carne y verduras en cuya elaboración ha participado toda la
familia. Finalmente, no faltan los petardos y las tracas.
El restaurador chino Toni Yoh, afincado en Mallorca desde hace
décadas, quiso acercar la noche del jueves a muchos amigos suyos
mallorquines su cultura y su forma de vivir su particular Año
Nuevo. Lo hizo a base de una cena buffet donde el pato fue sin duda
el plato estrella. Entre los asistentes no faltaron el alcalde de
Palma, Joan Fageda, o el agente consular de Estados Unidos, Tumy
Bestard, la cónsul de Polonia, Silvia Riera, además de otros muchos
amigos.
R.D.
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