Tiene razón el president Francesc Antich en asegurar que Fitur
es un gran escaparate para promocionar las Islas como destino
turístico ante potenciales clientes del mundo entero. No es, por
tanto, el momento ni el lugar para lanzar acusaciones, críticas o
batallas partidistas de carácter político más encaminadas a la
campaña electoral que ya tenemos en marcha que a intentar mejorar
la realidad turística balear.
Por eso choca que todo un ministro, ciudadano de estas Islas,
como Jaume Matas, lance desde el estand de Balears una retahíla de
críticas a la gestión turística que lleva a cabo el Govern de las
Islas. No era el escenario adecuado.
Todos estamos de acuerdo en que se han cometido errores. El
Govern, al haber transmitido, en los primeros meses de su mandato,
un mensaje peligroso: que sobraban turistas, que los alemanes no
eran bien recibidos, una errática política promocional... Pero el
sector turístico tampoco ha estado a la altura, al haberse
empecinado en una lucha abierta contra el Govern. Matas estaba
acertado en bastantes cosas, pero debía decirlo aquí, en casa.
Pensando en Balears hay que afrontar los problemas, los déficits
y las equivocaciones con espíritu positivo.
Hay, en efecto, foros idóneos para analizar todas las cuestiones
y devolver a Balears al lugar preponderante que le corresponde en
el turismo mundial. Superadas las diferencias políticas y
personales, así como los planteamientos radicales, no tiene por qué
ser imposible llegar a un acuerdo general sobre el modelo turístico
más adecuado para Balears a corto y medio plazo. Condiciones no nos
faltan, desde luego, pero sí habría que pedir que se anteponga el
interés general a las particulares guerras de partido. Es demasiado
importante lo que está en juego y aún es tiempo de rectificar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.