El taller diocesano de restauración recibió la visita de la
restauradora Isabel Sáenz de Buruaga, del Centro de Conservación y
Restauración de la Junta de Castilla y León, con sede en Simancas
(Valladolid). La experta mantuvo «un intercambio de opiniones» con
Antonia Reig, directora del mismo, sobre los trabajos de
rehabilitación del Crist de la Sang, roto en numerosos pedazos tras
la agresión sufrida por parte de un demente.
«Las restauradoras tienen las ideas muy claras de cómo deben
hacer el trabajo, de hasta dónde pueden llegar, y eso es lo más
importante para que una restauración salgan bien», comentó Sáenz de
Buruaga. Se deberá tener en cuenta que es una imagen de devoción y
no de museo, los fieles deben reconocer su imagen. Será una
restauración respetuosa, pero no un falso histórico.
Restauradora de pintura y escultura, viajó a Mallorca a petición
de Maria Antònia Vadell, consellera de Cultura del CIM, entidad que
costeará la rehabilitación de la imagen, y de la Delegación
Diocesana de Patrimonio para «asesorar sobre la restauración de la
talla», comentó. Sáenz de Buruaga no sólo puede ofrecer sus
conocimientos como profesional en una zona de España en la que
abunda la imaginería, sino que hace dos años participó en un
trabajo similiar al que ahora ocupa al taller diocesano.
«Restauramos el Cristo de la Vera Cruz, de la Colegiata de Aguilar
de Campoo, que sufrió un problema similar por el atentado de un
demente que rompió la imagen a hachazos, y el criterio de
resturación es más o menos el mismo para ambas», explicó.
Respecto a la intervención en el Crist de la Sang, apuntó que se
trata de «recuperar la imagen tanto estética como formalmente».
También se aprovechará para hacer una limpieza de la talla, sucia
por «las ceras y los humos de las velas; al quitar la capa de
suciedad sufrirá un pequeño cambio cromático, ya que quedará algo
más clara, pero la gente puede estar tranquila porque no quitarémos
pátinas, sino barnices, repintes y el humo». La rehabilitación
«será muy laboriosa» porque habrá que tratar la imagen como un
rompecabezas, para colocar la policromía original allí donde se ha
perdido. Los pasos a seguir serán: catalogar todos los restos;
buscar su colocación en el original recuperando la mayor parte de
ellos; reforzar la estructura interna con varillas de fibra de
vidrio; reintegrar las lagunas de policromía, y anclarla bien a la
cruz», apuntó. «Se utilizarán materiales que no darán cambios de
volumen, aportan poco peso y no son afectados por los xilógafos
(insectos)».
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