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PILAR RIPOLL
Los ayuntamientos de Mallorca pidieron créditos por valor de 70,5 millones de euros durante 2002, según datos del Consell Insular de Mallorca. Esta cantidad la han acumulado la mitad de los consistorios, ya que, prácticamente, el 50% restante ha seguido puntualmente las recomendaciones de estabilidad presupuestaria y terminó el pasado ejercicio con un déficit cero.

El conseller de Hisenda i Pressupost del CIM, Miquel Angel Flaquer, calificó de «normal» el endeudamiento de los consistorios, al estimar que los préstamos solicitados no eran demasiado elevados en relación a administraciones de otras comunidades y afirmó que esta vía era «una de las formas, por no decir la única, de realizar inversiones, lo que supone un beneficio para los ciudadanos».

Flaquer recordó que el Consell de Mallorca, como órgano supramunicipal, controla el nivel de endeudamiento de los ayuntamientos. «Para superar determinados límites han de pedir autorización», explicó. Para Flaquer, la situación actual de la financiación de las haciendas locales es «preocupante» por dos elementos que inciden negativamente en el método para conseguir ingresos.

«Por una parte está la Ley de Estabilidad Presupuestaria que limita la deuda y, en consecuencia, las inversiones. Por otra, está la desaparición del IAE (Impuesto de Actividades Económicas) y, también, la mengua de ingresos a través de los tributos que gravan la construcción después de la aprobación de las moratorias.

Miquel Angel Flaquer manifestó que los ayuntamientos más grandes como Palma y Calvià, pueden evitar el endeudamiento directo si los préstamos los piden sus empresas municipales, aunque defendió esta vía «dentro de unos límites responsables, con el fin de que las cargas no afecten a los ciudadanos».