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El oficio de «carbonero» no es exclusivo de la montaña. Para que la familia «Cas Carboners» de Santa Margalida no desaparezca de la memoria histórica del pueblo, sus nietos y bisnietos, trabajaron ayer muy duro construyendo en el patio de la Escola Vella, una «Sitja des Pla», que se encenderá el próximo jueves a las cinco de la tarde y arderá hasta que finalice la Fira de Santa Margalida.

A diferencia de las tradicionales «sitges» de montaña, en las que se quema madera de encina, en el Pla, se recurre al pino.

Una veintena de jóvenes, descendientes de la única familia carbonera del Pla, siguieron ayer atentamente las instrucciones del Tío Miquel. Supera los ochenta años de edad pero eso no le impidió participar activamente en la colocación de la leña.

El oficio de carbonero, típico de montaña, llegó hasta Santa Margalida en los años 20 procedente de Mancor.

Elena Ballestero