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Con la asistencia de unas 80 personas, ayer por la tarde Balears se presentó en Cracovia, Polonia, tierra del Papa y de Oskar Schilder, el de la lista. Hacía frío y nevaba, lo cual contribuye a que al polaco le llame la atención las Illes por su sol y sus playas, cuando en su primavera las calles y tejados permanecen completamente blancos y no hay manera de quitadse el abrigo de encima. Sin embargo, en esta ocasión, y sin olvidar estas dos características, repetimos: sol y playa, Balears pretende entrar en Polonia a través de la Cultura. Eso lo dejó bien claro tanto la directora de Ibatur, Tiphany Blackman, como el consejero de Turismo de la embajada de España en este país, Guillermo Puerto, que es quien ha llevado prácticamente todo el peso de esta presentación.

Entre estas 80 personas se encontraban cuatro estados de la sociedad polaca actual, a saber: autoridades de Cracovia, tales como el asesor cultural de la Cámara polaca de Turismo y el representante de la Cámara de Comercio; los principales toruperadores y agentes de viajes de esta región; periodistas de los principales medios y representantes de los más importantes centros culturales y a su vez promotores de viajes de cierto cariz cultural al extranjero. Hacia ellos fue dirigido el mensaje, que, como hemos dicho, sin olvidar las playas y el sol de les Illes, arrancando de la figura de Chopin, polaco y querido en Polonia, abarca la cultura en general, ente la que destacaría la música, la plástica y todo cuanto rezuma a intelectualidad, cosa que quedó reflejada a través de los distintos parlamentos que se hicieron antes del cóctel que precedió a la cena, así como en los distintos folletos que se entregaron a los asistentes, unos de carácter particular de cada isla, y otros, en general, de les Illes.

En el transcurso de la presentación se recordó que si en 1999 había pasado sus vacaciones en España alrededor de medio millón de polacos, de los cuales un diez por ciento habían recalado en Balears, en 2000, 2001 y 2002 se había producido un receso importante, tanto que en estos dos últimos años no se superó la cifra de los trescientos mil, unos veinte mil sólo para Balears, todo ello debido, según se dijo, a varios motivos, pero sobre todo a la crísis alemana que ha influido notablemente tanto en el sector laboral como en el de la inversión. «Sin embargo -resaltó Puerto-, somos la única comunidad española que ha decrecido menos en cuanto a la recepción de turistas de este país, que esperamos que se incremente cuando se consolide la consolidación de esta sociedad medio burguesa, de momento tan solo emergente, que esta surgiendo, y que poco a poco va sustituyendo las vacaciones en autocar por el vuelo charter, algo más caro que aquel.
Pedro Prieto