La iglesia parroquial de Peguera acogió el domingo una misa en
la que un grupo de jóvenes de Andratx y de Peguera recordaron,
poniéndolos en escena, unos curiosos hechos acaecidos en la
localidad ahora hace 65 años. Corría el año 1937 y España se
debatía en una guerra entre hermanos en la que la quema de iglesias
y conventos era un hecho habitual.
En uno de esos actos de violencia, en algún punto ignoto de la
Península, se cree que una imagen de Cristo fue destrozada y
arrojada al mar, de forma que las olas debieron arrastrarla hasta
la costa de Mallorca. Días después un grupo de niños la encontró en
un lugar de Peguera llamado Riveto. Eran Miguel de Can Tianet, José
Alarcón, las hermanas Bel y Antònia Riera y Aina Gayà Mayol. Era un
busto con una herida en el corazón. Sin saber qué hacer con él, lo
abandonaron en la caverna de Can Tianet, de donde lo rescató el amo
de La Romana, Mateu Gayà, quien la identificó como un Santo
Cristo.
Emocionado, acudió a su hermano y le dijo «Guillem, he visto un
milagro». Deteriorado como estaba, lo llevaron a Capdellà a que
fuera sometido a un proceso de restauración, del que salió
precisamente el Diumenge de l'Àngel de 1938, momento en que regresó
a Peguera, en cuya parroquia se venera desde entonces. Los hechos,
ocurridos 65 años atrás, fueron recordados por varios centenares de
personas.
Michels
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