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Previamente el presidente y editor del Grup Serra, Pere A. Serra, dijo que el hecho de que Nawal Al-Sa'dawi hubiera recibido recientemente el 'Premi Internacional Catalunya 2003' dejaba claro que «que mujeres como nuestra invitada están por encima de la política» y agradeció que la conferenciante hubiera acudido acompañada de su marido, el novelista, psiquiatra y disidente político Sherif Youssef Hetata, con quien convive y trabaja desde hace casi cuarenta años. La conferenciante se mostró «muy feliz» por haber recibido el 'Premi Internacional Catalunya 2003' hecho que a su parecer, deja claro, que «el arte y la literatura están por encima de la política» y apostilló que «no me gustan los políticos; la política es un juego y generalmente los políticos no tienen ética».

La escritora egipcia fue muy clara en su argumentación en defensa de la 'Creatividad y la disidencia' reconociendo que «los escritores, los pensadores no podemos vivir en una torre de marfil» y comentando que a pesar de que no le gusta la política, «cualquier cosa es política» apuntando que «hay personas que no tienen amor, ni agua, ni comida, ni paz, son pobres. No podemos separar la política y la literatura». Nawal Al-Sa'dawi recordó que en 1981 fue encerrada en una prisión por sus artículos en los que luchaba contra la pobreza y la discriminación y por oponerse a la firma de los acuerdos de Egipto con Israel en Camp David. Habló de su salida de Egipto junto a su marido, Sherif Youssef Hetata, abogando por la disidencia como forma de vida.

Uniendo disidencia y creatividad, una fórmula que ella ha utilizado en Estados Unidos, «puedo dar clases o conferencias en muchos países, pero no en El Cairo», comentó y añadió un significativo «estoy dispuesta a enseñar en El Cairo, incluso sin que me paguen por ello». «¿Por qué es muy difícil ser creativo sin ser disidente?», se preguntó la conferenciante y afirmó que «si existe la igualdad no hace falta ser disidente» y matizó que «mi creatividad -desde la disidencia- es mi propia mente».