El último baile, el último olé, el último taconeo, la última
vuelta, el último rebujito, el último cazón adobado de la Feria de
Abril 2003.
La edición de este año de esta feria, cada vez más concurrida,
llega hoy a su fin con la celebración en el recinto ferial de la
misa rociera a las doce del mediodía. Una clausura un tanto
descafeinada por la anulación de todos los espectáculos ecuestres
por culpa del brote de rinoneumonitis que han sufrido nuestros
caballos.
Por la tarde habrá fiesta, siempre que la haya, claro, ya que
mientras haya existencias y ganas de pasárselo bien el domingo de
faralaes se alargará. Pero sin duda la última gran noche de feria
se vivió ayer sábado. Miles de personas, pero miles de verdad,
decidieron pasárselo en grande. Unos vestidos de faralaes, los
menos, claro; otros vestidos sólo con sombrero cordobés; y la
mayoría vestidos sólo con una sonrisa, casi siempre acompañada de
una cervecita o un fino, o lo que fuera, al gusto del
consumidor.
Las 29 casetas presentes rebosaban ambiente y buena música, que
se iba alternado con sevillanas, rumbas, música disco, canción del
verano...
La Feria de Abril es el lugar perfecto para encontrarse a quien
no se espera, a quien hace tiempo que no se ve, a quien no debería
ir por principios y al que va siempre. Allí cabe todo el mundo, o
casi todo el mundo, porque año a año «sólo» van cerca de 200.000
personas. Casi ná.
Los menos amanecieron allí.
David J. Nadal
Foto: Julián Aguirre
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.