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Un estadístico de complicado apellido, d'Hondt, inventó la ley por la que se rige el sistema electoral español a la hora de repartir los concejales entre los partidos según los resultados de cada uno de ellos. La Ley d'Hondt hizo que en las pasadas elecciones, UM se quedara a 12 votos de 'robarle' un concejal al PP y, en consecuencia, la mayoría absoluta. Se trata de un sistema proporcional, ya que las formaciones políticas obtienen un diputado en función de su número de votos. En algunos países, como Estados Unidos, no se emplea el sistema proporcional sino el mayoritario: el partido que logra un mayor número de votos se lleva toda la representación a la hora de elegir presidente.

Sin embargo, la Ley d'Hondt no es un sistema proporcional cien por cien. Quiere esto decir, que aunque el PP logre el 40 por ciento de los votos en Palma, no le corresponde el 50 por ciento de los concejales. Para calcular el reparto, el sistema es simple: los votos que obtiene cada uno de los partidos se dividen por uno, por dos, por tres, y así sucesivamente. A partir de esa división, se asigna el número total de concejales a los partidos que obtengan el mayor cociente.

En las elecciones de 1999, el primer concejal fue para el PP, que obtuvo 53.596 votos, y el segundo, para el PSOE, con 31.650. El tercero fue de nuevo para el PP porque la división del total por dos (26.798) superaban los votos totales del PSM (12.983). Así es como se reparten todos. Los resultados de las pasadas elecciones fueron muy justos para el PP, que estuvo a punto de perder la mayoría a cambio de un concejal para UM. Pero también lo fueron en el caso de EU-EV, coalición a la que faltaron 258 votos, o del PSOE, partido que se quedó con un concejal menos en Cort a falta de tan sólo 513 votos más.