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Cuatro hoteles de la Platja de Palma se han visto obligados a cerrar en plena temporada por falta de clientes, según confirmó ayer el presidente de la Asociación Hotelera de la Platja de Palma, Jordi Cabrer. «La finalización del programa de vacaciones de la tercera edad del Imserso y la caída de reservas turísticas, es lo que ha motivado que hayan cerrado ahora sus puertas los hoteles Thal, Reina Isabel y Solimar en la zona de S'Arenal-Platja de Palma y uno más en Can Pastilla. En estos momentos, la evolución turística en la zona es un tanto pesimista por el descenso alarmante del mercado alemán, de ahí que las cadenas estén reagrupando los turistas en hoteles determinados para optimizar la actividad empresarial y no tener abiertos hoteles con veinte clientes», apunta Cabrer.

La lista de hoteles cerrados, de acuerdo con los datos facilitados por la patronal hotelera de esta zona, son, entre otros, el Europa, Emperador, Isla Dorada e Ipanema. Cabrer añade que el bajón del turismo alemán «nos está perjudicando de manera especial, porque los mercados alternativos no están respondiendo en mayo y las previsiones para junio, según nuestras listas de reservas, tampoco son óptimas». Sin embargo, a diferencia de semanas pasadas, «estamos viendo que ya comienzan a entrar reservas para julio y agosto, circunstancia que puede reactivar en las próximas semanas la apertura de hoteles cerrados. Lo más negativo de todo esto, es que el cierre de hoteles afecta al nivel de empleo en nuestro sector, con el consiguiente impacto que ello podrá tener a final de temporada en materia económica».

La patronal hotelera está realizando un seguimiento, semana a semana, de la planta hotelera abierta, de ahí que los últimos datos contabilizan unas 5.000 camas menos abiertas que el pasado año por estas mismas fechas. En este sentido, Cabrer indica: «En la zona de la Platja de Palma hay unos 150 hoteles asociados, que suman unas 40.000 plazas, pero en la actualidad, a diferencia del pasado año, tenemos cerrados una quincena de establecimientos, que alcanzan las 5.000 camas, el diez por ciento de toda la oferta de alojamiento. La planta hotelera más afectada es la ubicada en segunda y tercera línea».