La nueva junta de gobierno del Colegio de Arquitectos de Balears,
con su decano Luis Corral al frente, presentó ayer las líneas
maestras de lo que será su programa de actuación en los próximos
cuatro años. La acción más relevante, al menos por ahora, es la de
obtener «voz y voto», según la expresión empleada por el propio
Corral, en las futuras decisiones urbanística que adopte Cort. «En
el Ajuntament no tenemos un representante del Colegio de
Arquitectos, sólo un observador, y ya hemos tenido conversaciones
para solventar esa cuestión», explicó ayer en la primera rueda de
prensa que ofreció junto a otros componente de sus junta directiva
y el ex decano, Antoni Ramis.
«Nos han prometido que a partir de ahora eso cambiará, y que
habrá una persona designada por nuestro colectivo. Hay unas
elecciones de por medio, no sabemos el resultado, pero lo vamos a
exigir ya que consideramos fundamental que cualquier órgano de
decisión en el que se debatan aspectos arquitectónicos y
urbanísticos, el colegio tenga voz y voto en ella», señaló.
Dijo, asimismo, que el colectivo de arquitectos deseaba que «el
parecer de los profesionales tenga un peso fuerte en las comisiones
que suelen tener dos vertientes, una técnica y otra política, que
es la que termina decidiendo. Por ello, nuestra intención es que
nuestra voz se escuche con más fuerza, y no quede supedita a una
cuestión meramente política». Indicó que los arquitectos deben
tener acceso a la información con el tiempo suficiente para que
puedan debatirla, y que la persona que vaya a esas comisiones «no
se encuentre vendida puesto que en ese momento solo conoce un
título, detrás del cual puede haber una novela muy diferente».
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