Esta corriente entiende que el Govern no ha perdido las elecciones,
pero sí lo ha hecho el partido por varias razones. Una de ellas es
la falta de capacidad para prever los resultados. Consideran que el
partido ha pecado de un excesivo triunfalismo del que no pudo
sustraerse para tratar de ver con objetividad. En esta línea, a
diferencia de lo que sucede en el PP, donde todos coinciden en
alabar la magnífica campaña hecha por Jaume Matas, entienden que el
diseño de campaña ha sido un completo fracaso. Este sector entiende
que alguno de los mensajes más radicales contra los hoteleros,
especialmente la furibunda respuesta a Gabriel Escarrer, ha sido
muy perjudicial.
Culpan directamente al aparato del partido, controlado por Damià
Cànoves, de fallar en esta estrategia ya que fue la dirección
socialista quien aconsejó salir a responder al empresario hotelero.
A pesar de que todavía no se ha señalado a nadie y ningún
representante ha pedido abiertamente dimisiones, hay quien cree que
debe hacerse una renovación de la dirección antes de llegar al
congreso. En el lado opuesto de esta filosofía se encuentran las
personas más cercanas a la dirección. Creen que el candidato
socialista, Francesc Antich, se ha equivocado al plantear un
discurso de marcado cariz nacionalista y alejado de los postulados
del socialismo clásico. En esta corriente se reprocha al president
que haya actuado más como PSIB que como PSOE e incluso valoran de
forma muy negativa que os cuatro años de Govern no tengan mayor
rentabilidad electoral que haber robado un diputado al PSM en
Mallorca.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.