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Resignación, alguna cara de circunstancias y alguna broma. Éste era el ambiente que se respiraba ayer en el Consell de Govern, la primera reunión que se celebra después de la debacle electoral del domingo. Todos los integrantes del Govern volvían a verse las caras por primera vez desde el domingo. «Algunos consellers animaban al resto; dicen que estas cosas pasan y que hay que seguir adelante», explicó uno de los consellers en funciones del Ejecutivo. Como cada viernes, Antich presidió la reunión. Eran las 9,30 horas. Junto a él se sentó Antoni Garcías, quien también ha perdido en Llucmajor. En el encuentro de ayer sólo faltaba Joan Mesquida, conseller d'Hisenda, de viaje en Argentina. También como cada viernes, los consellers tomaron café y pastas unos minutos antes de abordar los asuntos de trámite. Y es que ayer, más que nunca, el Consell de Govern trató asuntos de puro trámite. No había más opción.

Salom se mostró muy tranquila, al igual que Fernanda Caro, quien ya tenía claro que dejaba el Ejecutivo al concluir esta legislatura. Durante la reunión, la consellera Rosselló preguntó a Antoni Garcías cuándo se constituirá el Parlament y en qué momento cesará todo el Govern. «A finales del mes de junio», repondió el portavoz del Ejecutivo quien ayer, de manera extraordinaria, no compareció ante los periodistas para explicar los acuerdos del Consell de Govern.

Durante la reunión ninguno de los integrantes del Govern comentó los resultados electorales. Silencio en la sala. Por extraño que parezca, no se produjo ni un solo análisis para explicar la derrota que enviará a todos los partidos dePacte a la oposición en el Parlament. Francesc Antich estaba serio, al igual que Quetglas, quien ya no podrá continuar su gran labor para promocionar el transporte público. Hasta el propio Matas ha elogiado a Quetglas, pero el futuro portavoz socialista se va a la oposición. Algunos consellers abandonaban la reunión durante unos minutos para atender el móvil. Sampol llegó tarde al Consell de Govern y se fue antes de lo previsto. El vicepresidente saludó protocolariamente a su todavía president y escuchó los asuntos de trámite. Una hora más tarde, Sampol dejó la reunión.

A las 11 de la mañana, el Consell de Govern concluyó. Ningún asunto de interés, pero la decepción flotaba en el ambiente. Y no es para menos. Al finalizar la reunión, algunos integrantes del Govern hicieron un corrillo y se interesaron por la postura que adoptará Munar en el Consell, que la izquierda también da por perdido esta legislatura. Y el viernes volverán a reunirse.