Vecinos de la barriada de Son Oliva vienen quejándose, a lo largo
de estos días, de la paradójica situación creada tras la
construcción, en la zona, de un apeadero del tren de Inca por parte
de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM), dependiente de la
Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transports. La nueva
parada se encuentra situada frente al nuevo Parc de Son Costa.
Si bien dichos vecinos reconocen las ventajas de contar con una
nueva parada en su barrio, se quejan de lo que consideran un
problema no previsto por SFM. Si los residentes de Son Oliva
quieren bajar hacia Palma con el tren, se dirigen hacia la parada y
simplemente esperan la llegada del mismo, pero si lo que quieren es
ir a Inca con dicho medio de transporte, necesitan desplazarse a
unos trescientos metros de la parada, en donde hay un puente por el
que se puede cruzar y poder llegar luego a la parada de enfrente,
la que les conducirá a Inca.
«El puente se encuentra demasiado lejos, por lo que muchas
personas, sobre todo jóvenes, optan por bajar de la tarima del
apeadero y pasar de un lado a otro cruzando a pie ambas vías, con
el peligro que ello supone para su integridad física», destaca
Lourdes Mir, presidenta de la Associació de Veïns Son Costa Parc.
Uno de los jóvenes afectados confirma este hecho y dice que si
hubiera un puente justo al lado o un pequeño paso subterráneo «esto
no ocurriría».
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