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Samuel Eto'o nació en el seno de una familia humilde, en la capital de Camerún. De niño no fue mal estudiante, «sacaba, generalmente, buenas notas», pero por encima de todo estaba el fútbol, lo que a veces hacía que sus padres, sobre todo su madre, se enfadaran con él viendo que dedicaba más tiempo al balón que a los estudios. Menos mal que luego, las notas, le hacían quedar en buen lugar.

Con el camerunés Samuel Eto'o, hablando sobre todo de su infancia, estuvimos la otra tarde en 500 millas, la tienda de su amigo Tolo Salom, hasta donde se había acercado Pep Campaner a recoger unas camisetas suyas para que se las regalara a algunos niños de Niger. Samuel vestía traje oscuro, con corbata del mismo color sobre camisa blanca.

Recuerda que siendo niño jugaba a fútbol con unas zapatillas que sus padres le compraban a principios de año y que tenían que durar hasta el siguiente. «Porque botas de fútbol era muy difícil encontrarlas en Camerún, y eran también muy caras», lo cual quedaba fuera del alcance de cualquier familia humilde, y encima numerosa, como la suya -son seis hermanos-, «aunque por suerte mis padres tenían trabajo, gracias al cual nos pudieron sacar adelante a todos».

Pedro Prieto