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PATRICIO CANDIA/JOAN J. SERRA
La conocida empresa mallorquina de bebidas, Miret Piel de Cristal, con sedes en Llucmajor y Palma, presentó ayer ante el decanato de los Juzgados de Primera Instancia la petición de quiebra voluntaria debido a la imposibilidad de hacer frente a deudas contraídas con diversas entidades bancarias que ascienden a 4,2 millones de euros (unos 700 millones de pesetas).

El abogado que presentó la quiebra de Miret, Refrescos Mallorquines S.A. y Begudes Fresques S.L., Joan Font, confirmó a este diario que el cierre de la empresa afectará a más de 60 trabajadores y que la empresa iniciará un expediente de regulación de empleo. Los activos de Miret, cuyos inicios en la industria se remontan a 1868, no son suficientes para compensar su clara «situación de insolvencia», explicó Font, «derivada de una serie de situaciones estructurales y coyunturales que desembocaron en la presentación de la quiebra voluntaria».

Las empresas, de la que es gerente y administrador único Julián Puig Mojer, justifican la presentación de la quiebra voluntaria ante el juez debido a la inviabilidad de mantener el negocio, lastrado por varias situaciones puntuales, que hacen del todo imposible que sean rentables en un sector cada vez más competitivo e industrializado.