Ocupaba el número 18 de la candidatura del PP por Mallorca y, desde
ayer, es el nuevo portavoz «popular» en el Consell. Se llama
Fernando Rubio, tiene 24 años y es una de las 20 personas que, sin
haber obtenido escaño en el Parlament el pasado 25-M, se sentarán
en el Consell de Mallorca.
No es una trampa ni mucho menos, sino la consecuencia del
peculiar organigrama institucional de la Comunitat Autònoma y de
una ley (la de Incompatibilidades) y unos reglamentos (del Consell
y del Parlament) que se han estirado al máximo y que han hecho
posible, entre otras cosas, que 20 de los 33 asientos insulares (el
pleno que controla al «gobierno de Mallorca») estén ocupados por
hombres y mujeres no elegidos en las urnas.
Según el Estatut, los diputados y diputadas del Parlament
forman, a su vez, los distintos consells. En Mallorca se eligen 33.
El Estatut ya establecía en 1983 que algunos cargos son claramente
incompatibles: el president del Govern y el del Parlament. Otros
reglamentos han ido aumentando las incompatibilidades y, además, se
ha arbitrado una fórmula que permite renunciar al escaño del
Parlament y formar parte del Consell. Así se pueden llegar a dar
situaciones curiosas: ninguno de los tres representantes del PSM
(Antoni Alorda, Bárbara Bujosa y Joana Lluisa Mascaró) obtuvieron
escaño. Como Sebastiá Serra renunció, dejó paso a la siguiente de
la lista. Dos representantes del PSM en Mallorca no tienen escaño
parlamentario.
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