Matas cerró ayer su «libreta azul» con el esperado nombramiento del
senador autonómico. El president del Govern oficializó minutos
antes de comenzar la sesión plenaria su propuesta para nombrar
senador a Carlos Gutiérrez, doctor en Derecho y ex alto cargo del
Ejecutivo. Precisamente, Gutiérrez se encuentra entre los
dirigentes del PP imputados por el «caso Formentera», una situación
que fue aprovechada por los grupos de la oposición para criticar la
decisión de Matas. El nombramiento de Gutiérrez sitúa procesalmente
el «caso Formentera» en el Tribunal Supremo.
Francesc Quetglas, del PSOE, opinó que el nombramiento de
Gutiérrez es «una estrategia del PP» para que el «caso Formentera»
llegue al Tribunal Supremo. «Es una vergüenza utilizar el Senado
como refugio de personas imputadas», acusó el portavoz socialista
quien agregó: «salvo que está imputado, nadie sabe qué mérito ha
hecho Gutiérrez para desempeñar este cargo».
Al margen de la elección de Gutiérrez, la sesión inaugural de la
sexta legislatura sirvió para aprobar una ley de lectura única para
retrasar el traspaso de las competencias sociales al Consell de
Mallorca. Aunque parecía un asunto de trámite, el debate
parlamentario provocó la primera bronca entre Unió Mallorquina y
Esquerra Unida-Els Verds. El diputado de UM Miquel Nadal afirmó que
la demora en el traspaso de las competencias está motivada, según
un informe técnico, por el hecho de que había más personas
contratadas por la desaparecida Conselleria de Benestar Social que
las que había cuantificadas inicialmente. «¿Tenemos que despedir a
estas personas? Por esta razón hemos pedido el aplazamiento de la
entrada en vigor de las competencias», argumentó Nadal. Miquel
Rosselló, de EU, reconoció que la mejor solución era retrasar el
traspaso de las competencias, aunque lamentó las críticas de Nadal
hacia la ex consellera Caro.
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