La investigación del «caso Formentera», el supuesto delito
electoral cometido por dirigentes del PP en las elecciones
autonómicas de 1999, tiene sus días contados en la Sala de lo Civil
y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB). La
decisión del Ejecutivo que preside Jaume Matas de designar senador
a Carlos Gutiérrez, uno de los imputados en la causa, le confiere
la condición de aforado y, por tanto, anula la instrucción que está
desarrollando en Palma el magistrado Antoni Monserrat. Gutiérrez
ocupaba el cargo de secretario general técnico de Agricultura,
Comerç i Indústria y está imputado por firmar algunas de las
contrataciones de personas que son objeto de investigación en la
causa.
De hecho, la Sala de lo Civil y Penal del TSJB esperaba, ayer,
que se produjese la toma de posesión de Gutiérrez para dirigirse al
Parlament y confirmar su condición de senador para remitir,
después, la causa a Madrid. A esa iniciativa se sumará, asimismo,
un escrito que elevará el abogado defensor Rafael Perera al juez
Monserrat, solicitándole que dé traslado de la causa al Tribunal
Supremo debido al nombramiento de Gutiérrez. Pero, al margen de la
posible inhibición del juez Monserrat, el teniente fiscal del
Tribunal Supremo, José María Luzón, también ha solicitado a los
magistrados de la Sala Segunda de ese Alto Tribunal, que asuman las
competencias sobre el «caso Formentera» al entender que el supuesto
delito (electoral) que se investiga, «fue cometido fuera de la
Comunidad Autónoma, concretamente en el extranjero, supuestamente
por algún empleado consular».
José María Luzón es el mismo fiscal que en mayo de 2002 había
llegado a la conclusión de que el posible uso de viajes
institucionales para la atracción del voto institucional puede ser
«estética e incluso éticamente reprochable, pero en modo alguno
puede constituir ni un delito electoral ni de malversación».
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