Los niños disfrutaron con la fiesta. Se reencontraron con los otros chicos saharauis que están en la Isla.

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Ayer se celebró en ses Voltes la fiesta de bienvenida de los niños saharauis, en la que se leyó un manifiesto en favor de este pueblo. Acudieron entre otras autoridades Rosa Puig, sonsellera de Presidència i Esports; Magdalena Contestí, directora general de Cooperació, y Joan Manuel Gómez, director general de Joventut. El espectáculo de marionetas y la muestra de ball de bot entretuvieron a unos pequeños que no se separaban de los bocadillos de nocilla y los vasos de Coca-Cola que allí se servían. Las patatas fritas y las galletas hacían el resto para que los niños disfrutasen de «placeres» que no están a su alcance en los campamentos de refugiados. Venidos de una zona desértica, los niños según nos comentan sus familias adoptivas, disfrutan durante estos primeros días con cosas tan normales en nuestro día a día como pueden ser los coches, los grandes edificios y, sobre todo, el agua. Para unos chicos acostumbrados a los rigores de una vida en el desierto causada en buena parte por el olvido de la comunidad internacional, el hecho de estar en Mallorca ya supone toda una alegría. Algunos han venido por primera vez a la Isla. Otros ya son todos unos veteranos, como es el caso de Fatimetu, que nos comenta que «ahora está contenta porque puede jugar con sus amigos».

La fiesta prosigue y los pequeños no paran de charlar y divertirse. Ante ellos un mundo nuevo, del que tendrán que marcharse de aquí a unos meses. Y es que la buena vida de estos pequeños es efímera.

Pau Cavaller
Fotos: Joana Pérez